Alfonsina Storni Martignoni nace el 29 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Suiza. Hija de Alfonso Storni y Paulina Martignoni, es la tercera descendiente de la familia; sus hermanos Romeo y María nacen en 1887 y 1888 respectivamente. A los cuatro años la familia regresa a San Juan, Argentina, donde residían anteriormente. A los siete nace su hermano Hildo.
Desde su llegada
a San Juan la familia está en una situación miserable. Se trasladan a Rosario
en 1901 y prueban suerte con un Café Suizo en el que Alfonsina limpia y sirve
los pedidos.
Con doce años
Alfonsina escribe su primer poema, triste y centrado en la muerte, y lo deja
bajo la almohada de su madre para que ésta lo lea. A la mañana siguiente, mediante
varios coscorrones, su madre le explica que la vida es dulce.
Su padre,
depresivo y alcohólico, fallece en 1906 y Alfonsina, que no para de escribir
poemas, entra a trabajar en un taller de gorras. Su madre, Paulina, se casa de
nuevo y se traslada a Butinza. Allí continúa dando clases de música y canto.
Alfonsina se traslada a Coronda (Provincia de Santa Fe) para estudiar
Magisterio, y trabaja como celadora en la escuela, pero el dinero que le queda
tras pagar la pensión no le da para vivir y tiene que hacer escapadas a Rosario
para cantar en un teatrillo como corista. Tiempo después se descubre su trabajo
como cantante, y Alfonsina piensa en suicidarse tirándose al agua. Al año
siguiente, en 1991, obtiene el título de maestra y ejerce ese otoño en una escuela
de Rosario.
Publica sus
primeros versos en las revistas “Mundo Rosariano” y “Monos y Monadas” y tiene
su primer desengaño amoroso con un hombre casado mayor que ella que la deja
embarazada. Alfonsina, avergonzada, se refugia en Buenos Aires y da a luz a
Alejandro el 21 de Abril de 1912; ella tenía 20 años.
Trabaja como
cajera en una tienda y colabora en “Caras y Caretas”. Entra a trabajar como corresponsal
psicológico. En esa oficina dicta su primer libro de versos “La inquietud del
rosal”, se lo enseña al poeta Felix B. Visillac que consigue que sea publicado.
La revista “Nosotros” elogia el poemario y desde ese momento Alfonsina entra en
el círculo literario de la revista. Se hace conocida y admirada, pero sigue
teniendo problemas económicos. Es nombrada directora de un colegio y mientras
allí trabaja escribe su segundo libro, “El dulce daño”.
En 1915 le pide
a Leopoldo Lugones (quien ya era un escritor importante) que lea unos versos
suyos: "Esto que me permito pedirle -escribe- tiene una razón. Mi libro se
va a publicar en breve. Yo sé que se me tildará de inmoral".
Escribe poemas y
artículos periodísticos. Se hace amiga de Horacio Quiroga y de José Ingenieros.
Es maestra de teatro y de lectura y declamación. En marzo de 1918 los nervios
la obligan a dejar su puesto de directora y vuelve a entrar en los círculos
literarios. Publica su segundo poemario y colabora en Atlántida mientras
trabaja como celadora en un colegio. Además, en ese mismo año sale otro libro,
“El dulce daño”. En 1919, “Irremediablemente”. En 1920 gana el Primer Premio
Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por “Languidez”. La Universidad de Montevideo la invita a dar
unas conferencias. Le crean una Cátedra en el Teatro Infantil Lavardén
y allí trabaja enseñando a niños.
Su fama va en
aumento, lo que hace aflorar su comportamiento neurótico. Se retira a Los Cocos como hará más adelante
en su vida varias veces. Tras el Premios Nacional de 1922, el Ministro de
Instrucción Pública crea una cátedra para ella en la Escuela Nacional de
Lenguas Vivas en 1923. En 1925 sale “Ocre” y Alfonsina trabaja como impulsora
de la Sociedad Argentina de Escritores. En 1926 se editan las prosas poéticas
de “Poemas de amor”. En 1934, la editorial Tor publica “Mundo de siete pozos” y
en 1938, “Mascarilla y trébol”, el último libro.
En 1927 estrena una obra de teatro, “El amo del mundo”, un rotundo fracaso que no aguanta más de tres días en cartel. En los años 30’ realiza dos viajes a Europa con su amiga Blanca de la Vega, básicamente para olvidar sus problemas mentales. Tras la vuelta del último viaje fue diagnosticada con cáncer de mama, y le extraen el tumor con éxito, pero la terapia de rayos es tan dolorosa que no la sigue. Esto la deprimió, causándole un cambio radical en su carácter: se retrae y apenas sale a la calle. Vive sus últimos años atemorizada por la muerte. El 25 de octubre de 1938 hallan el cuerpo de Alfonsina Storni en la playa de La Perla, en Mar del Plata. Se suicidó arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Versiones más románticas dicen que se internó lentamente en el mar. Su cuerpo fue velado inicialmente en esa ciudad balnearia y finalmente en Buenos Aires. Al día siguiente se publica su último poema, “Quiero dormir”, en el Diario La Nación. Actualmente sus restos se encuentran enterrados en el Cementerio de la Chacarita.
En 1927 estrena una obra de teatro, “El amo del mundo”, un rotundo fracaso que no aguanta más de tres días en cartel. En los años 30’ realiza dos viajes a Europa con su amiga Blanca de la Vega, básicamente para olvidar sus problemas mentales. Tras la vuelta del último viaje fue diagnosticada con cáncer de mama, y le extraen el tumor con éxito, pero la terapia de rayos es tan dolorosa que no la sigue. Esto la deprimió, causándole un cambio radical en su carácter: se retrae y apenas sale a la calle. Vive sus últimos años atemorizada por la muerte. El 25 de octubre de 1938 hallan el cuerpo de Alfonsina Storni en la playa de La Perla, en Mar del Plata. Se suicidó arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Versiones más románticas dicen que se internó lentamente en el mar. Su cuerpo fue velado inicialmente en esa ciudad balnearia y finalmente en Buenos Aires. Al día siguiente se publica su último poema, “Quiero dormir”, en el Diario La Nación. Actualmente sus restos se encuentran enterrados en el Cementerio de la Chacarita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario